Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
¿Buscas páginas de el?
JORGE CASTAÑEDA
Blog de literatura de la Patagonia
« Blog
Entradas por tag: el
Mostrando 11 a 20, de 30 entrada/s en total:
04 de Junio, 2013    CRÓNICAS

LA BIBLIA Y EL COMERCIO SEXUAL

 

LA BIBLIA Y EL COMERCIO SEXUAL

 

 

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

 

La prostitución es un viejo y tolerado oficio presente en todas las culturas del mundo. Y el comercio sexual con mujeres a cambio de dinero o especies era común también en todo Israel si nos atenemos a los textos bíblicos.

 

Tanto es así que la Biblia menciona a varias meretrices, una de las cuales es considerada una verdadera heroína por el heroico papel que llegó a desempañar en la conquista de la tierra de Canaán, pasando incluso a ocupar un lugar preferencial en la genealogía de Jesús, escrita en el evangelio de San Mateo. Se trata ni más ni menos que de Rahab, la ramera oriunda de Jericó.

 

“Josué, sucesor de Moisés al frente de los israelitas, había enviado a dos espías para que explorasen el país que se disponían a irrumpir. Los espías llegaron a Jericó y entraron en la casa de una prostituta llamada Rahab, donde pernoctaron”.

 

“Enterado de la presencia de los forasteros, el rey de Jericó mandó a decir a Rahab que los hiciera salir de su vivienda. Pero la mujer escondió a sus huéspedes en el terrado, entre unos haces de lino que tenía amontonados, y respondió al monarca que en su hogar habían estado, en efecto, unos hombres, cuyas identidades y procedencia ignoraba, pero al caer la noche se habían marchado con rumbo desconocido”.

 

“Conjurado el peligro, la prostituta subió al terrado y dijo a los dos espías: “Os pido que me juréis por Yavé que, como yo he tenido misericordia de vosotros, la tendréis vosotros también de la casa de mi padre, y dejaréis la vida a mi padre, a mi madre, a mis hermanos y hermanas y a todos los suyos, y que nos libraréis de la muerte”.

 

La historia por supuesto tuvo un final feliz y en el Nuevo Testamento Rahab la ramera es puesta por ejemplo entre todas las mujeres y en la Epístola del apóstol San Pablo a los Hebreos dice que “Por la fe, Rahab, la meretriz, no pereció con los incrédulos, por haber acogido benévolamente a los espías”.

 

Está también el caso de Jefté, uno de los jueces más grande de la historia del pueblo de Israel, que era hijo ni más ni menos que de una prostituta.

 

“Jefté, cuyo nombre significa “Dios libera”, nació en el seno de la tribu de Galaad, un día huyó de la casa después que sus medio hermanos, nacidos posteriormente de la esposa legítima de sus padres, le manifestaran que él no compartiría la herencia porque era hijo de “otra mujer”.

 

El relato cuenta que convertido en caudillo infligió una humillante derrota a los ammonitas y durante seis años ejerció el cargo de Juez en todo Israel.

 

Sansón, recordado por su fuerza temible y por la traición de Dalila, mantuvo relaciones también con otras mujeres una de las cuales era una prostituta.

 

El texto dice “Fue Sansón a Gaza, donde había una meretriz, a la cual entró. Se dijo a los de Gaza: “ha venido Sansón”. Y le cercaron, estando toda la noche al acecho junto a la puerta de la ciudad; y se mantuvieron callados toda la noche con esta consigna: “Al despuntar la mañana lo mataremos”. Sansón estuvo acostado hasta la medianoche cuando se levantó, y cogiendo las dos hojas de la puerta de la ciudad, con las jambas y el cerrojo, se las echó al hombro y las llevó a la cima del monte que mira hacia Hebrón”.

 

De relato de Tamar que sedujo a su suegro Judá disfrazada de prostituta para tener relaciones con él y asegurar su maternidad podemos apreciar como se ejercía el oficio más viejo del mundo en aquellos lejanos tiempos.

 

“Las meretrices se cubrían con un velo. Solían apostarse en las afueras de los pueblos, a la vera de los caminos para captar a sus clientes. Sus servicios podían pagarse en efectivo o en especies, por eso Judá le ofrece a Tamar un cabrito de su rebaño”.

 

En todos los relatos precedentes los autores bíblicos citados no hacen ningún comentario en tono  de reproche o de censura moral sobre quienes ejercen el oficio carnal.

 

En cambio veremos una verdadera repulsa al llamado “salario de perro” referido a quienes ejercían la prostitución ritual en ofrenda a los ídolos paganos, la que era fuertemente censurada y castigada.

 

En el relato del fallo histórico del rey Salomón ante las dos prostitutas que aseguraban la maternidad del niño, no se censura moralmente a las mujeres por ejercer su oficio, ni por el hecho de que sean madres solteras. El rey emite su fallo sin entrar en consideraciones sobre la actividad de las querellantes.

 

Debemos aclarar que en algunos de los libros sapienciales sobre todo los más tardíos, sí aparecen palabras de desaprobación, para que el varón no recurra a los servicios de estas mujeres: “El que ama la sabiduría, alegra su padre, el que anda con prostitutas dilapida su fortuna”. Y el Eclesiástico agrega en forma parecida “No te entregues a las meretrices, no vengas a perder tu hacienda”.

 

Aún hay un caso donde Dios le ordena a uno de sus profetas llamado Oseas que se case con una prostituta “pues que se prostituye la tierra”. Es así que el profeta se casa con Gámer con la que engendra dos hijos.  El relato sirve para comparar a Yavé y su esposa infiel, aludiendo al pueblo de Israel.

 

Sin embargo en este relato después que Oseas la repudia diciendo “ni ella es ya mi mujer ni yo soy su marido” al seguir enamorado de Gámer exclama: “Así, la atraeré y la llevaré al desierto y le hablaré al corazón”.

 

Historias de mujeres en la Biblia que practicaron el oficio más viejo del mundo. Como aquella que iba a ser lapidada y el señor Jesús después de escribir en el suelo le preguntó ¿mujer, donde están los que te acusaban? Al no haber ya piedras en las manos, le dijo: “Ni yo te condeno. Vete y no peques más”.

 

 

 

 

 

 

 

Palabras claves , , , , ,
publicado por lineasur a las 08:23 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
03 de Junio, 2013    CRÓNICAS

LA SALAMANCA Y EL LABERINTO


 

 

LA SALAMANCA Y EL LABERINTO

 

 

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

 

El tema del laberinto en la cultura y el arte de los pueblos pre existentes de la Patagonia ha sido ya estudiado con amplitud por varios investigadores.

 

Uno de los indicios según el doctor Rodolfo Casamiquela es el “estilo de grecas”, es decir guardas, que ilustran motivos geométricos rectilíneos, muchas veces de aspecto ornamental. Muy características de este estilo son ciertas figuras de trazo interminable, que nunca se cruza, y que recuerdan fácilmente a laberintos de cierta clase, conocida por los especialistas como “caminos perdidos.”

 

Pero mucho tiempo antes (tal vez un par de milenios) era conocido también el “estilo de pisadas”, figuras grabadas, muy complicadas que según los estudiosos también estaban emparentadas con los célebres laberintos clásicos, sobresaliendo especialmente el de Creta con el temible Minotauro dispuesto a matar al intruso que se atreva a merodear sus intricados vericuetos.

 

Se sabe que en síntesis el laberinto en su más amplio sentido no es otra cosa que el camino tortuoso que deben recorrer los espíritus de los difuntos para alcanzar el destino final del “más allá”, el mundo de los muertos que les permitirá reunirse con sus antepasados.

 

La dificultad –escribe Casamiquela- “de tal camino simboliza simplemente la dificultad para alcanzar ese paraíso, lo que no puede hacerse sin un grave riesgo: el de que los portadores del espíritu en vida hayan sido justos en ella.”

 

Ese “camino difícil” es reemplazado en otras culturas por un “paso difícil” de muchas clases. Implica generalmente ese tránsito al otro mundo algo semejante a un juicio y un “Supremo Juez” que suele ser un “Alto Dios” o figuras similares, muchas veces una anciana tenida por infernal –castigadora- propietaria de una barca (la barca de los muertos, el calehuche, etc.) porque son una especie de “guardianes del “paso difícil”.

 

Entre los tehuelches esa figura equivalente no era otra que “gualicho” palabra que significaría “la que gira”, la “merodeadora” o la que “gira por afuera”, indudablemente femenina.

 

Por eso los investigadores afirman que los tatuajes entre los tehuelches (que son verdaderos laberintos) están vinculados como un salvoconducto para no extraviarse en el “camino perdido” y así poder acceder al paraíso, porque quienes no tenían esa señal eran arrojados al mar.

 

Tanto el tatuaje, como los estilos de grecas, los cantos ceremoniales e incluso los giros en los guillatunes están sin duda relacionados con el laberinto, es decir “el merodeo” para alcanzar el otro mundo donde habitan sus antepasados.

 

Por esto las ofrendas con las prendas, el caballo, las pertenencias más queridas y aún las mujeres del difunto eran sepultados en los chenques  para acompañarlo en “ese trance difícil”, rito comparable con otras culturas clásicas como la egipcia.

 

El investigador estadounidense Schuster citado por Casamiquela “cree poder demostrar que ciertos motivos del arte rupestre conocido como “de grecas”, o sea de caminos perdidos o de figuras laberínticas incluyen en su diseño a “tramas genealógicas”, asociando a los laberintos con los linajes, donde el “espíritu guardián” no es otra cosa que un ancestro mítico.

 

Esa misma idea laberíntica está presente en las sepulturas (chenques y pirámides) con una “idea que es universal: en su fondo yace el cuerpo de un ser cuyo espíritu hubo de remontar la espiral mítica representada por su mole, el “paso difícil” que habría de llevarlo al Mas Allá.”

 

En el ameno libro de Salatino Mazzulli, escritor e investigador del Valle Medio de Río Negro, “Apuntes de un buscador de cosas”, encontré otra interesante idea del laberinto pero esta vez asociada al mito de la salamanca del bajo del Gualicho, célebre por la descripción de varios viajeros y por haber sido el hábitat del legendario Bernabé Lucero, cuya leyenda lo ha asociado a ella, con todo su misterio y embrujo.

 

Expresa Mazzulli al hacer una excursión por la famosa salamanca que “fui munido de una madeja de hilo bolsero, para ser extendido desde la boca de entrada, por todo el recorrido que realizara adentro de la cueva, pues las versiones de la leyenda nos daba que la salamanca era un complejo de salas, recovecos y galerías, algunas tan estrechas que era necesario arrastrarse para poder pasar de un lado al otro.”

 

¿Otra vez el significado del laberinto, esta vez en la famosa salamanca del Gualicho? Era la misma un “pasaje difícil”, donde los que no encontraban la salida “terminaban por enloquecerse allí adentro?

 

¡Y cuántas similitudes con el famoso laberinto de Creta!

 

Pero sin duda el dato más llamativo de esta cuestión lo da el mismo Bernabé Lucero cuando supo afirmar al ser preguntado por Tincho Medina que “cuando vas a entrar en la cueva, te vas a encontrar con dos chivos peleando; tenés que pasar por entre medio de ellos. Más adelante te vas a encontrar con dos toros peleando, y también tenes que pasar entre medio de ellos, con decisión y coraje, che. Y por último –expresaba Bernabé- te vas a encontrar con dos pumas peleando. Vos tenés que encarar y pasar entre los dos animales, llegar a una “sala”, la cual es atendida por unos tipos de aspecto raro que te van a preguntar cuál es tu deseo de poder salamanquero. Y cuando salís de allí, ya salís con el poder.”

 

¡Sorprendente! No solo aparece el “paso difícil” sino también los toros, clara equivalencia con el clásico Minotauro, los chivos –animales expiatorios por excelencia-, los pumas totémicos en varias estirpes y la “pasada” entre los animales, donde encontrar la salida es un don solamente concedido a aquellos “hombres de coraje.”

 

Solo resta entonces encontrar nuevos indicios sobre el interesante tema del laberinto en la cultura de los pueblos pre existentes, los cuales al decir de Manuel Scorza “aún viajan del mito a la realidad.”

 

 

 

 

Palabras claves , , , ,
publicado por lineasur a las 08:10 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
27 de Mayo, 2013    CRÓNICAS

LA SALAMANCA Y EL LABERINTO.

LA SALAMANCA Y EL LABERINTO.

Por Jorge Castañeda (Argentina).

 

Publicada en Tiempo Nuevo Nº 207 -EE UU 19/04/2013

Colaboración del escritor argentino de la austral localidad de Valcheta, Jorge Castañeda.

 

El tema del laberinto en la cultura y el arte de los pueblos pre existentes de la Patagonia ha sido ya estudiado con amplitud por varios investigadores.

Uno de los indicios según el doctor Rodolfo Casamiquela es el “estilo de grecas”, es decir guardas, que ilustran motivos geométricos rectilíneos, muchas veces de aspecto ornamental. Muy características de este estilo son ciertas figuras de trazo interminable, que nunca se cruza, y que recuerdan fácilmente a laberintos de cierta clase, conocida por los especialistas como “caminos perdidos”.

Pero mucho tiempo antes (tal vez un par de milenios) era conocido también el “estilo de pisadas”, figuras grabadas, muy complicadas que según los estudiosos también estaban emparentadas con los célebres laberintos clásicos, sobresaliendo especialmente el de Creta con el temible Minotauro dispuesto a matar al intruso que se atreva a merodear sus intricados vericuetos.

Se sabe que en síntesis el laberinto en su más amplio sentido no es otra cosa que el camino tortuoso que deben recorrer los espíritus de los difuntos para alcanzar el destino final del “más allá”, el mundo de los muertos que les permitirá reunirse con sus antepasados.

La dificultad –escribe Casamiquela- “de tal camino simboliza simplemente la dificultad para alcanzar ese paraíso, lo que no puede hacerse sin un grave riesgo: el de que los portadores del espíritu en vida hayan sido justos en ella”.

Ese “camino difícil” es reemplazado en otras culturas por un “paso difícil” de muchas clases. Implica generalmente ese tránsito al otro mundo algo semejante a un juicio y un “Supremo Juez” que suele ser un “Alto Dios” o figuras similares, muchas veces una anciana tenida por infernal –castigadora- propietaria de una barca (la barca de los muertos, el calehuche, etc.) porque son una especie de “guardianes del “paso difícil”.

Entre los tehuelches esa figura equivalente no era otra que “gualicho” palabra que significaría “la que gira”, la “merodeadora” o la que “gira por afuera”, indudablemente femenina.

Por eso los investigadores afirman que los tatuajes entre los tehuelches (que son verdaderos laberintos) están vinculados como un salvoconducto para no extraviarse en el “camino perdido” y así poder acceder al paraíso, porque quienes no tenían esa señal eran arrojados al mar.

Tanto el tatuaje, como los estilos de grecas, los cantos ceremoniales e incluso los giros en los guillatunes están sin duda relacionados con el laberinto, es decir “el merodeo” para alcanzar el otro mundo donde habitan sus antepasados.

Por esto las ofrendas con las prendas, el caballo, las pertenencias más queridas y aún las mujeres del difunto eran sepultados en los chenques  para acompañarlo en “ese trance difícil”, rito comparable con otras culturas clásicas como la egipcia.

El investigador estadounidense Schuster citado por Casamiquela “cree poder demostrar que ciertos motivos del arte rupestre conocido como “de grecas”, o sea de caminos perdidos o de figuras laberínticas incluyen en su diseño a “tramas genealógicas”, asociando a los laberintos con los linajes, donde el “espíritu guardián” no es otra cosa que un ancestro mítico.

Esa misma idea laberíntica está presente en las sepulturas (chenques y pirámides) con una “idea que es universal: en su fondo yace el cuerpo de un ser cuyo espíritu hubo de remontar la espiral mítica representada por su mole, el “paso difícil” que habría de llevarlo al Mas Allá”.

En el ameno libro de Salatino Mazzulli, escritor e investigador del Valle Medio de Río Negro, “Apuntes de un buscador de cosas”, encontré otra interesante idea del laberinto pero esta vez asociada al mito de la salamanca del bajo del Gualicho, célebre por la descripción de varios viajeros y por haber sido el hábitat del legendario Bernabé Lucero, cuya leyenda lo ha asociado a ella, con todo su misterio y embrujo.

Expresa Mazzulli al hacer una excursión por la famosa salamanca que “fui munido de una madeja de hilo bolsero, para ser extendido desde la boca de entrada, por todo el recorrido que realizara adentro de la cueva, pues las versiones de la leyenda nos daba que la salamanca era un complejo de salas, recovecos y galerías, algunas tan estrechas que era necesario arrastrarse para poder pasar de un lado al otro”.

¿Otra vez el significado del laberinto, esta vez en la famosa salamanca del Gualicho? Era la misma un “pasaje difícil”, donde los que no encontraban la salida “terminaban por enloquecerse allí adentro?

¡Y cuántas similitudes con el famoso laberinto de Creta!

Pero sin duda el dato más llamativo de esta cuestión lo da el mismo Bernabé Lucero cuando supo afirmar al ser preguntado por Tincho Medina que “cuando vas a entrar en la cueva, te vas a encontrar con dos chivos peleando; tenés que pasar por entre medio de ellos. Más adelante te vas a encontrar con dos toros peleando, y también tenes que pasar entre medio de ellos, con decisión y coraje, che. Y por último –expresaba Bernabé- te vas a encontrar con dos pumas peleando. Vos tenés que encarar y pasar entre los dos animales, llegar a una “sala”, la cual es atendida por unos tipos de aspecto raro que te van a preguntar cuál es tu deseo de poder salamanquero. Y cuando salís de allí, ya salís con el poder”.

¡Sorprendente! No solo aparece el “paso difícil” sino también los toros, clara equivalencia con el clásico Minotauro, los chivos –animales expiatorios por excelencia-, los pumas totémicos en varias estirpes y la “pasada” entre los animales, donde encontrar la salida es un don solamente concedido a aquellos “hombres de coraje”.

Solo resta entonces encontrar nuevos indicios sobre el interesante tema del laberinto en la cultura de los pueblos pre existentes, los cuales al decir de Manuel Scorza “aún viajan del mito a la realidad”.

Palabras claves , , , ,
publicado por lineasur a las 08:23 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
21 de Mayo, 2013    CRÓNICAS

EL CONCEPTO DE LA LEY Y LA JUSTICIA EN DON QUIJOTE

 El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra, el glorioso Manco de Lepanto, es sin duda la más grande novela de las letras castellanas y una indiscutida obra maestra.

Al leerla uno tiene la sensación que conjuga preciosidad y justeza de estilo, una trama rica en aventuras, situaciones risueñas, un venero de refranes y también verdaderos tratados sobre los más diversos temas, entre otros aciertos que ha señalado la crítica a lo largo de los siglos.

Pero realmente admira que mantenga intacta su vigencia y ese es el milagro mayor de la buena literatura: no importa el tiempo y el contexto: siempre tiene algo para decirnos. Y en cada relectura nuevas luces se descubren en su texto.

Pero sin lugar a dudas en todo el libro campea un concepto de la soberanía de las leyes y su sujeción a las mismas como también sobre el verdadero sentido de la justicia. Ambos enfoques son hijos de la actitud ética y de las preocupaciones del autor.

En ese sentido, Cervantes por boca de Don Quijote le dice al ventero: “Sabed que mi oficio no es otro sino valer a los que poco pueden y vengar a los que reciben tuertos, y castigar alevosías; y si halláis alguna cosa de este jaez que encomendarme, no hay sino decirla, que yo os prometo, por la orden de caballero que recibí, de haceros satisfecho y pagado”. Ni más ni menos que un esclarecido concepto de la justicia. Justicia práctica y a la vista de todos. Cotidiana y llena de sentido común.

Cuando el “andante caballero de la triste figura” se refiere a las letras debe entenderse a las leyes que rigen la vida humana en cualquier comunidad. Lo aclara: “Hablo de las letras humanas, que es su fin poner en su punto la justicia distributiva, y dar a cada uno lo que es suyo, y entender y hacer que las buenas leyes se guarden”. Han pasado quinientos años y sin embargo todavía se está buscando esa famosa “justicia distributiva” que señalaba Cervantes y su advertencia de que “las buenas leyes se guarden”, ante tantos desatinos que cometen actualmente quienes deberían velar por ellas.

En sus concejos al escudero Sancho Panza cuando debe hacerse cargo de la ínsula de Barataria, el sabio hidalgo le amonesta que “no hagas muchas cosas pragmáticas; y si las hicieres, procura que sean buenas, y, sobre todo, que se guarden y se cumplan; que las pragmáticas que no se guardan lo mismo es que si no lo fuesen; antes van a entender que el príncipe que tuvo discreción y autoridad para hacerlas no tuvo valor para hacer que se guardasen; y las leyes que atemorizan y no se ejecutan, vienen a ser como la viga, rey de las ranas, que al principio las espantó, y con el tiempola despreciaron y se subieron sobre ella”.

Y también le supo aconsejar que “no te ciegue la pasión propia de la causa ajena”. Y cuánta razón tenía para aconsejarle de esa manera.

Con maravillosa clarividencia razona que “la verdad, para impartir con rectitud la justicia, debe ser buscada sin pausa y desentrañada de las razones que ante el árbitro expongan las partes, sin  que nada, ni dádivas, promesas o lamentos influyan en la decisión que se tome para cerrar la causa”.

En el capítulo XI de la primera parte el Quijote refiriéndose a la edad de oro expresaba: “Dichosa edad y siglos dichosos que los antiguos pusieron el nombre de dorados. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen”.

Hay muchas otras sentencias a lo largo del Quijote que versan sobre las leyes y la justicia. ¿Seguiremos ante tanto disparate que vemos cometer hoy en día a los gobernantes y los magistrados, tan ufanos aplicando la “ley del encaje” que denostaba el caballero, añorando la edad de los “siglos dorados” como Miguel de Cervantes?

Esperemos que no, porque el apego a las leyes y el ejercicio de la justicia son la base más sólida de cualquier democracia que se precie.

Palabras claves , , , , , , , , ,
publicado por lineasur a las 08:32 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
11 de Marzo, 2013    CRÓNICAS

Borges, las Malvinas y el plebiscito ● Jorge Castañeda

Borges, las Malvinas y el plebiscito

 

 

        Jorge Castañeda

 

Escritor – Valcheta

 

 

 

Jorge Luis Borges, tal vez el mayor escritor que hemos tenido los argentinos en el siglo XX, ha dejado páginas que sin duda perdurarán en el tiempo y por ellas ha sido reconocido mundialmente.

 

En los últimos años se ha escrito demasiado sobre su vida, su obra, sus frases, sus ideas sobre la política y la cultura e incluso sobre su vida privada. Y casi ninguno ha defraudado el interés de los lectores porque Borges siempre atrapa y produce reacciones por doquier. Y para entender a Borges hay que ubicarlo en su contexto pero sobre todo ir a sus libros para rescatar la esencia del hombre y sus interrogantes.

 

No decimos nada nuevo si agregamos que hay muchos Borges en Borges  –el mismo lo sabía: el Borges del arrabal, del tango con letras procaces, el ensayista de un humilde poeta de barrio como Evaristo Carriego, de los orilleros, del culto al coraje, el amigo de  Nicanor Paredes a quién le dedico una de sus mejores letras de las “Milongas para las seis cuerdas”, en síntesis el Borges de la primera época con los almacenes, los portones y las callecitas de los barrios y del suburbio.

 

Y está también el Borges posterior de la gran literatura. El cuentista genial que como su denostado Gracián también se supo perder en las naderías del idioma con tecnicismos bizantinos,  pero que a la vez dio una trascendencia universal a su prosa exquisita. Es el Borges que jamás olvidó la biblioteca de su padre con libros en inglés. Su linaje, y el fuerte celo guardián de su madre, doña Leonor Acevedo. Ese Borges al cual el ensayista y escritor Norberto Galasso calificó como “un intelectual en el laberinto semicolonial”.

 

Pero también está el Borges coloquial, el de entre casa, descubierto en sus facetas más íntimas por Adolfo Bioy Casares y por algunas  declaraciones de sus amigos de entonces como Homero Manzi, Scalabrini Ortiz y otros.

 

Y se destaca también  el Borges de sus frases irónicas (muchas de ellas de su admirado Carlyle que las tomó como propias), citado hasta la saciedad en diarios, reportajes y revistas.

 

Cuando en 1983 viaja a Francia para recibir la Orden de la Legión de Honor “un francés amante de la insolencia se permitió insinuar que Borge no era el más adecuado para opinar sobre la actualidad argentina porque vive encerrado en una torre de marfil”. Y Borges le contesta: “Solo hay torres de marfil en el ajedrez. Yo soy muy sensible a cuanto ocurre en mi país y en el mundo. Y lo he probado: critiqué a Perón en su momento y ahora a los generales y su guerra: (Malvinas). Sé que hay6 gente en la Argentina que padece hambre. Y esa situación es inaceptable. No sé qué porvenir nos espera, pero lo imagino triste porque no hay una solución.

 

En los “Diálogos” con Néstor Montenegro se expresa sobre la guerra por las Islas Malvinas” y dice que “Es típico de la mente militar hablar de abstracciones, en territorios y no en seres humanos. Estos no fueron consultados. Me refiero aquí a los dos mil kelpers y a veintitantos millones de argentinos. Se cambiaron los nombres de ciudades, se bajó una bandera y se elevó otra, se obró como si se tratara de una conquista. Con derechos jurídicos o no, los habitantes se sentían británicos. En todo caso, debió hacerse un plebiscito, o debería hacerse en el porvenir. El epigrama en prosa rimada “Las Malvinas son argentinas” es culpable de muchas muertes”.

 

Ante la advertencia del entrevistador al observar que “Si se hubiera o se hiciera un plebiscito los kelpers elegirían ser ciudadanos ingleses”, Borges le responde que “Es verosímil presuponerlo. En todo caso, allá ellos… Adolecemos de un casi inhabitado territorio ¿A qué dilatar el desierto con dos desiertos más, que nos quedan lejos?”.

 

Sin embargo en el Borges poeta y escritor la gesta de Malvinas  le inspiró desde su perspectiva la “Milonga del muerto” y el relato “Juan López y John Ward”, la historia de un soldado argentino y un soldado británico que “hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez, cara a cara, en unas islas demasiado famosas y cada uno de los dos fue Caín y cada uno, Abel. Los enterramos juntos. La nieve y la corrupción los conocen. El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender”.

 

En esos mismos diálogos con Montenegro Borges expresa que “El mundo es vasto. Nadie demora  su atención en lo que sucede en una de las tantas repúblicas de la América del Sur. Piensan fugazmente en el tango, en cierta ópera, en los desaparecidos y en la pampa húmeda. Acaso en ciertas islas de cuyo nombre no quiero acordarme”

 

Sin embargo han pasado los años y aún a pesar de Borges y de sus frases nos seguimos acordando de Malvinas y entrevisto  plebiscito está por realizarse a iniciativa del gobierno británico.

 

Me quedo a veces con el otro Borges, aquel que cuando joven al ver una tropilla de caballos en una madrugada en sus “perdidos arrabales” le supo decir gritando a Drieu La Rochelle “Es la Patria, carajo”

 

 

 

 

 

 

 

 

    

Palabras claves , , , , , , , ,
publicado por lineasur a las 08:33 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
26 de Septiembre, 2012    CRÓNICAS

BREVE ESCOLIO SOBRE EL CHIRIPA

BREVE ESCOLIO SOBRE EL CHIRIPA

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

Tanto el origen como la etimología del término “chiripá” ha sido motivo de múltiples controversias por parte de los estudiosos del folclore argentino.

Se sabe con alguna certeza que “los primeros en usar chiripá, a fines del siglo XXVIII, fueron los indios guaraníes catequizados en las misiones jesuíticas, cuyos sacerdotes tuvieron que improvisar esta prenda para cubrir a los aborígenes acostumbrados a andar semidesnudos, lo que no comulgaba con la moral católica. Colocado entre las piernas como un pañal, el chiripá fue en un principio un poncho o medio poncho de telar, por lo que tenía flecos y era estampado con rayas y varios colores. El gaucho solía llevar bajo el chiripá un calzoncillo cribado. Finalmente el chiripá fue suplantado por la más funcional bombacha, cuya vigencia persiste”.

El estudioso de nuestro folclore don Guillermo Yriarte aporta algunos datos que esclarecen sobre este tema. Expresa que a su entender “el chiripá es de origen árabe y su antecesor se habría llamado chiriba o chilaba, y en un viaje a Marruecos pude constatar que aún se usa en la campaña una prenda similar a esta.

Por su parte el Padre Agustín Entraigas que visitó y estudió en el Archivo de Indias encontró referencias de su uso entre los maragatos, cuyo nombre deriva de “marecatum” con que se designaba a los agricultores magrebíes que en la conquista árabe se instalaron en lo que es hoy la provincia de León en las costas del Miño desempeñándose en la agricultura.

En una correspondencia particular don Guillermo me decía que “a mayor abundamiento sobre el tema existe una teoría “carente de seriedad” que atribuye este vocablo a los Quichuas y estaría formado por Chiri que significa frio, y pac que significa para. Cabría preguntarse –acota Yriarte-  que si era solo una prenda para frío, que habrían utilizado cuando hacía calor, además los aborígenes americanos utilizaron solamente el famoso taparrabos, aun en nuestra Patagonia, y usado como abrigo el quillango”.

Arsene Isabelle que vivió entre 1795 y 1879 observó que “cuando yo bajé en Paysandú, la indumentaria era la siguiente: chaqueta marrón, chaleco blanco, chiripá celeste, calzoncillo blanco con flecos –bajo un pantalón de paño azul- un poncho inglés echado al descuido sobre el hombro izquierdo; y además el cigarrito de papel en los labios, el cuchillo atrás, en el cinto y el sombrero”.

En su interesante ensayo “En pos del Gualicho” del Dr. Rodolfo Casamiquela sobre esta prenda tan particular acota que ante el interrogante si el chiripá era autóctono y si formaba parte de la vestimenta de los indígenas pampeano patagónicos la respuesta es negativa.

“Con respecto al origen mismo, absoluto, del chiripá, acepto su extracción peninsular –por lo menos como etapa para su venida a América, citando a Julio Carro cuando asegura que “el traje típico maragato, con sus bragas, dio origen al chiripá y a las bombachas de los gauchos”.

“Si todo esto es correcto –afirma Casamiquela- la difusión normal de la aludida prenda ha de haber llevado al reemplazo del taparrabos, dada seguramente su practicidad, en la vestimenta, y consecuentemente al atuendo propio de la danza”.

Como prensa gaucha José Hernández los cita en varias oportunidades; verbigracia: “Me enredé en el chiripá/ y cai tirado a lo largo”.

Sobre su uso en las danzas rituales de tehuelches y mapuches, semejando en los bailarines la rabadilla blanca del avestruz y agregándosele una cola hay mucho material para estudio.

Hemos  tratado en este breve escolio de hacer una aproximación a una prenda que fue de uso tradicional en nuestras llanuras en el siglo pasado y que hoy solo persiste en las danzas tradicionales y algunos refranes.

 

 

 

 

Palabras claves , , , ,
publicado por lineasur a las 23:19 · 1 Comentario  ·  Recomendar
 
02 de Julio, 2012    POEMAS

EL POEMA


EL POEMA

 

Jorge Castañeda

Valcheta

 

 

El camino y el árbol,

La acequia y el agua,

Los últimos pájaros

Volando en bandadas.

El viento y las hojas

Jugando encantadas

Y algunas estrellas

Hermosas y pálidas.

 

 

¡Y yo qué solito

Rumiando palabras!

 

 

Los niños que juegan

Tras de mi ventana

Y el camino largo

Corriendo distancias.

La noche que viene

Buscando mañanas

Serenas las horas

De dulces nostalgias.

 

 

¡Y yo qué solito

Rumiando palabras!

 

 

La mesa dispuesta:

El vino y la hogaza,

La fuente sabrosa

Y el agua en la jarra.

La ocasión invita

con sutil bonanza

Y una luz amena

Alumbra las almas.

 

 

¡Poema te dejo,

Seguimos mañana!

 

 

 

Palabras claves ,
publicado por lineasur a las 09:43 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
11 de Junio, 2012    CRÓNICAS

EL CASTILLO DE LOS HOMBRES SELECTOS

 EL CASTILLO DE LOS HOMBRES SELECTOS

 

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 A determinada edad cuando el cansancio anida en el alma de algunos hombres se siente la tentación de recluirse y resistir aisladamente, sabiendo que no habrá soluciones para los grandes problemas que nos acosan irremediablemente.

 

Martínez Estrada, abandonado en su casona de la avenida Alem en la ciudad de Bahía Blanca supo cabalmente que esa era su suerte porque “para encontrar una salida a las tragedias argentinas deberíamos conocer el mapa de la cárcel donde estamos confinados. Si lo tuviéramos, podríamos matar al gendarme. Pero no hay mapas. Quizá ni siquiera hay gendarmes. Todo lo que nos queda, entonces, es sentarnos a la puerta de nuestra celda y ponernos a llorar”.

 

Mucho antes, el 28 de febrero de 1571, hastiado de desventuras y de desencantos, el señor Miguel de Montaigne, renunciaba a la vida pública dejando una inscripción en latín (tenía otras en griego) que hiciera grabar en una de las paredes de su populosa biblioteca, ubicada en una de las torres de su castillo: “A la edad de treinta y ocho años, en vísperas de las calendas de marzo, aniversario de su nacimiento, Miguel de Montaigne, desde hace ya tiempo fatigado de la servidumbre de la Corte del Parlamento y de las cargas públicas, pero sintiéndose aún alerta, viene a descansar en el seno de las doctas Vírgenes de la paz y la seguridad”.

 

“Había establecido en ella su “abadía de Thelema”, similar a la que se construyera Rabelais cuarenta años antes. Fue el rincón preferido, prohibido “a la comunidad conyugal, filial y civil”, donde escribió los capítulos de sus geniales ensayos”.

 

Era una gran pieza semicircular en el segundo piso de una torre de esquina, con la mesa de trabajo en el centro y un millar de libros a su alrededor.

 

Nietzche, el mayor de los desventurados, escribiendo sobre el espíritu libre en su libro “Más allá del bien y del mal” dijo que “todo hombre selecto aspira instintivamente a tener un castillo y un escondite propios donde quedar redimido de la multitud, de los muchos, de la mayoría; donde tener derecho a olvidar”.

 

Continúa expresando que “puesto que él es una excepción de ella, la regla hombre; a excepción únicamente que un instinto aún más fuerte lo empuje derechamente hacia esa regla, como hombre de conocimiento en el sentido grande y excepcional de la expresión”.  

 

Entre los grandes recluidos podemos mencionar a Marcel Proust, el que después de frecuentar los salones y la vida social parisina se aísla no precisamente en un castillo sino en una habitación con cortinas veladas a la luz natural y sus paredes revestidas de corcho para atenuar los sonidos del mundo exterior.

 

Más cercana a nuestros días es harto conocida y fatigosa la reclusión forzada de Salinger. Al igual que el protagonista de su famosa novela se encuentra hambriento de una intimidad que antes no había conocido y en su aparente cinismo, desprecia el mundo y evita tener amigos, tal vez porque intuye que al amor produce dolor.

 

A pesar del suceso editorial de su novela “El guardián entre el centeno”, Salinger “se desilusiona del mundo literario y abandona Manhattan comprándose una casa en New Hampshire en la que vive recluido hasta su muerte, dando una sola entrevista en 1980”.

 

Algunos afirman que no es ningún mérito que los escritores se recluyan en la soledad de sus castillos altos e inexpugnables oponiendo como paradigma a los que “pasean por el parque disfrutando del aire fresco, toman café en una soleada terraza, llevan unos pantalones manchados a la tintorería, discuten con la santa en el rellano de la escalera, se emborrachan hasta perder el tino en un bar de mala muerte o tocan en la puerta de sórdidos burdeles con la intención de reencontrar sus amores perdidos”.  Y yendo aún más lejos consideran que  “pobres de los escritores que se deciden a cruzar el puente que sortea la profunda fosa y giran la llave que activa la inamovible cerradura, porque antes habrán arrojado su humildad a los insaciables cocodrilos y éstos habrán acabado con cualquier atisbo de vida literaria”.

 

Indudablemente no ha sido así con Montaigne, ni con Proust, Salinger y muchos otros que dieron sus mejores obras aislados del mundo tras las piedras de sus amurallados castillos.

 

Cada uno de ellos bien podría decir con Holden: “Estoy solo/ mirando desde la ventana/ las calles abajo/ sobre un manto silencioso/ de nieve recién caída. He construido los muros/ de una fortaleza profunda y poderosa/ que nadie puede penetrar”.

 

 

 

Palabras claves , , , , ,
publicado por lineasur a las 08:00 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
29 de Mayo, 2012    CRÓNICAS

EL DERRUMBE DE LOS VALORES


EL DERRUMBE DE LOS VALORES

 

 Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta (RN)

 Estamos viviendo tiempos de decadencia. Hay seguramente una frustración y un cansancio en los espíritus libres e inquietos que ven con pesadumbre como se han derribado los viejos paradigmas los que comienzan a ser reemplazados por una serie de políticas rampantes, superficiales y bartoleras que atontan y adormecen la conciencia y pisotean aquellos viejos valores que alguna vez hicieron del nuestro un país generoso, grande, pujante y reconocido en el mundo.

 Eso fue posible gracias al talento de algunas mentes brillantes que a través de la excelencia de la ciencia y de la cultura escribieron las mejores páginas de nuestra historia, dando varios  Premios Nobel, grandes escritores y artistas reconocidos en todos los idiomas y destacados intelectuales que no solo nos prestigiaron ante el mundo sino que dejaron una impronta para las nuevas generaciones de jóvenes que los tomaron como ejemplos a seguir.

 Los claustros y las aulas tenían a principios del siglo pasado un óleo sagrado como el de Samuel, donde abnegados maestros y profesores echaron las bases de una enseñanza humanista que tenía como eje indiscutido la educación integral del individuo.

 

Mucha agua ha corrido bajo los puentes de nuestro país desde aquellos tiempos liminares y hoy es palpable para cualquier observador atento ver como se han degradado aquellas ideas de grandeza, quitando, verbigracia, materias y carreras claves para el desarrollo de la persona, como algunos idiomas y otras como filosofía, privando a los educandos de conocimientos generales, desalentando el pensamiento propio y lo que es más lamentable frustrando vocaciones.

 Se aprecia con estupor como se desalienta el esfuerzo y el estudio por el espejismo mercantilista de ganar todo fácil y rápido entronando un espíritu que se asienta en el consumismo desenfrenado de bienes inútiles y la tendencia a vivir “dejando pasar el tiempo” entretenidos en banalidades sin importancia, seguramente para no pensar.

 Todo esto es parte de una política tendiente a destruir entre los mejores valores que tenemos por ejemplo, al lenguaje, bastardeado por la falta de lectura y la mala utilización del idioma, cuando no mezquino de palabras y de su significado.

 

Es que ya se ha dicho que “si se destruye el lenguaje se destruyen las ideas. Que si se destruyen las ideas se destruyen los conceptos y que si se destruyen los conceptos se destuyen las costumbres”.

 Nos toca vivir desgraciadamente en estos tiempos difíciles tal vez ya vislumbrados por el gran Hesíodo donde el hombre de barro endiosado por sus iguales está pisando el último escalón de su devenir.

 El gran escritor Ezequiel Martínez Estrada, ya anciano en el ostracismo de su casona en Bahía Blanca intuía esta inversión de los valores donde entre otras cosas, -decía- “hasta los jueces han abrazado la corrupción como una cruzada nacional”.

 Los que realmente quieran escuchar, “el que quiera oír que oiga” al decir imperativo de San Juan en la isla de Patmos, tienen en estas épocas de oscuridad en los pocos espíritus selectos que todavía resisten, una oportunidad de redimirse y volver al camino del esfuerzo, de la formación, de la dignidad, de la búsqueda de la excelencia y de una vida con sentido que merezca ser vivida, para ser “lo que se debe ser” como decía el General San Martín y no la que los poderosos quieren que seamos.

 Para terminar estas breves reflexiones sería bueno recordar como advertencia para los valientes que se atreven a defender los valores anteriormente señalados que “donde no hay justicia es peligroso tener razón, ya que los imbéciles son mayoría”. Y no debería sorprender que la frase fuese de Francisco de Quevedo. Para pensar.

 

Palabras claves , , , ,
publicado por lineasur a las 07:47 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
29 de Marzo, 2012    CRÓNICAS

EL INGENIERO GUILLERMO WHITE

 

 EL INGENIERO GUILLERMO WHITE

 

Jorge Castañeda

Valcheta (RN)

 

El ingeniero Guillermo White, uno de los primeros egresados con ese título de la Universidad Nacional de Buenos Aires, es considerado como “uno de los doce apóstoles de la ingeniería”.

 

Hijo de don Allien White y de doña Juana Brunel, nació en la ciudad de Dolores, provincia de Buenos Aires, un 27 de Junio del año 1844. Su abuelo, don Pío White había llegado a la Argentina en el año 1800 procedente de la ciudad de Boston, Estados Unidos, y le cupo una destacada actuación durante las Invasiones Inglesas participando luego con dinero y armamento para financiar la escuadra del Almirante Guillermo Brown.

 

El ingeniero White ejerció el cargo de presidente del directorio de la empresa Ferrocarril del Sud, y con el mismo cargo en los ferrocarriles de Buenos Aires y de Rosario, luego fusionados al formarse el Ferrocarril Central Argentino.

 

Oportunamente el entonces Ministro de Interior Dr.  Benjamín Zorrilla la expresó la necesidad de la construcción de una vía férrea al entonces Territorio Nacional del Neuquén, que pese a la posición en contrario de White se pudo concluir en el término de dos años con una extensión de 500 kilómetros.

Un hecho destacado de la vida del ingeniero White fue su iniciativa sumarse junto al Dr. Estanislao Cevallos y otras personalidades para fundar un centro de estudios científicos, hoy conocido como la Sociedad Científica Argentina, de la que fue su vicepresidente.

 

También supo ejercer como docente universitario como profesor de cálculo infinitesimal en la Facultad de Matemáticas.

 

Pero tal vez la figura destacada del Ingeniero Guillermo White es recordada por ser el constructor del muelle y los elevadores del Puerto de la ciudad de Bahía Blanca. Obra avizorada por aquel entonces dentro de un proyecto de desarrollo para el interior del país.

 

En oportunidad de inaugurarse las obras del Ferrocarril por el entonces Presidente de la Nación, General Julio Argentino Roca, cuyo primer viaje debió interrumpirse en la estación Chimay, Río Negro, por la crecida del río, al regresar el convoy al Puerto, como se lo llamaba- durante una cena pronuncian sendos discursos el ingeniero White y el General Roca donde en un brindis improvisado el Presidente de la Nación expresó que “en homenaje a don Guillermo White, se cambiaría la denominación de “El puerto” por la “Ingeniero Guillermo White, y a su regreso a Buenos Aires firma el decreto respectivo el día 20 de Junio de 1899.

 

Retirado de la vida activa fallece en la ciudad de Mar del Plata un 11 de Febrero de 1926.

En una de las últimas entrevistas periodísticas White supo decir sobre su vida que “¿Qué habría de contar que fuera interesante? Toda mi existencia fue dedicada a la labor. He trabajado siempre y de pobre que era en mi juventud, he llegado a tener una ancianidad holgada”, acotando que “Casi no he tenido tiempo de que me ocurriera nada extraordinario en mi larga existencia. Ella es una misma línea recta de labor sin tregua, y si alguna cosa me preocupa ahora, es el carecer de ocupación”.

 

A 86 años del fallecimiento de Guillermo White, uno de los emblemáticos “ingenieros de la Patria” es útil rescatar aspectos de su vida y proyectarlos al presente como ejemplo de grandeza, de tesón y de una vida entregada a los grandes objetivos de desarrollo.

 

 

 

 

Palabras claves , , ,
publicado por lineasur a las 08:15 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
SOBRE MÍ
FOTO

Jorge Castañeda

Escritor nacido en Bahía Blanca (Pcia. de Buenos Aires) el 23 de Agosto de 1.951, se radicó desde el año 1953 en la localidad de Valcheta, Pcia. de Río Negro.

Entre sus obras publicadas pueden citarse, entre otras, "La ciudad y otros poemas", "Poemas sureños", "Poemas breves", "Sentir patagónico", "Arturo y los soldados", "Como Perón en el cuadro", "Poemas cristianos", etc.

» Ver perfil

TÓPICOS
» CANCIONES (4)
» CRÓNICAS (82)
» DATOS y NOTICIAS (26)
» POEMAS (70)
SE COMENTA...
» LA TEMIBLE SALAMANCA DEL GUALICHO
1 Comentario: Macarena Luque
» Los árabes en Valcheta
23 Comentarios: Eduardo Herrera, dario fermin saavedra, Patricia ELGUEDA, [...] ...
» LA MESETA DE SOMUNCURA
2 Comentarios: carlos parodi barri, carlos parodi barri
» TRENCITO AGUATERO
1 Comentario: Pablo
» EL PAPA QUE SALIO DE MACONDO
1 Comentario: fernando villavicencio
SECCIONES
» Inicio
MÁS LEÍDOS
» A UN CRISMON EN EL CEMENTERIO DE TRELEW
» AL POETA GRUTENSE HUGO ALEGRE
» BORGES Y LAS MALVINAS
» BREVE ESCOLIO SOBRE LA BANDERA DE RIO NEGRO
» CURRICULUM ACTUALIZADO
» De libros, dedicatorias y otras yerbas
» FUERTE ARGENTINO: UN CERRO LEGENDARIO
» Los árabes en Valcheta
» NUEVO LIBRO DE JORGE CASTAÑEDA
» POEMA SOBRE EL GRITO DE MUNCH
CALENDARIO
Ver mes anterior Abril 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930
BUSCADOR
Blog   Web
AL MARGEN
Jorge Alberto Castañeda
Escritor y periodista de Valcheta, localidad ubicada en la Patagonia Argentina
FULLServices Network | Blog gratis | Privacidad