EL CRECIMIENTO DE LAS IGLESIAS
EVANGELICAS
Jorge Castañeda
Escritor – Periodista
Valcheta
En gran parte el
crecimiento de las iglesias evangélicas (las nacidas de la Reforma protestante
iniciada por Martín Lutero) en América Latina se debe mayoritariamente a la
expansión de las de culto “pentecostal”.
Para analizar la evolución del movimiento evangélico es preciso
detenerse en el fenómeno del
pentecostalismo, que es una corriente muy nueva incorporada a principios del
siglo pasado, siendo fundamentalmente una tradición disidente de las iglesias
reformadas de los Estados Unidos, donde se desarrolló en las clases marginadas
entre los pobres, los negros y los inmigrantes. Esta corriente aparece en forma
independiente bajo el ministerio del metodista W. C. Hoover en el año 1909 en
Valparaíso, Chile, extendiéndose hasta abarcar el continente en su totalidad,
pero teniendo también otros precedentes principalmente en el pietismo alemán y
el metodismo inglés.
Sin embargo
siempre ha tenido una primacía en la irrupción del movimiento pentecostal la Escuela Bíblica de Bethel en
Topeka, Kansas y la
Renovación de la calle Azusa, en Los Ángeles, California.
Se distinguen
generalmente por practicar la imposición de manos ejerciendo el don de sanidad
para los enfermos, la práctica de los dones espirituales como el de lenguas –de
donde viene su nombre, aludiendo al aposento alto donde se celebró la fiesta
del Pentecostés con el derramamiento del Espíritu Santo en la iglesia
apostólica-, de la interpretación de los sueños y del de profecía entre otros y
una clara inserción en los barrios pobres y sectores marginales de la sociedad;
pero siendo acusados a veces injustamente de fundamentalistas por su lectura
literal de la Biblia,
la escasa formación teológica de sus líderes, su despreocupación de la vida
cotidiana esperando la inminente segunda venida del Señor Jesucristo y por su
poco entusiasmo para sumarse a los movimientos ecuménicos.
En la mayoría de
los países de América Latina el pentecostalismo constituye la mayor parte del
protestantismo. Siendo su crecimiento
extraordinario incentivado por el esfuerzo de los pentecostales.
David Stoll que
es uno de los estudiosos de este fenómeno proyecta el crecimiento de los
protestantes en cada país de acuerdo al índice de crecimiento que se dio entre 1960 y 1985. Estima cifras,
ciertamente conservadoras, que registran los siguientes resultados para el año
2010 donde el pentecostalismo ha sido quizás más influyente, como en Chile
38,8%, Brasil 57,4 y Guatemala 96,8. En base a estas realidades se debe admitir
que el pentecostalismo está generando profundos cambios y un fermento religioso
en toda América latina.
Cualquiera sea
la posición que uno tome con respecto a la corriente pentecostal y a
proselitismos similares, se debe admitir que algo muy importante está
ocurriendo en el escenario religioso latinoamericano. En el futuro, será
imposible pensar la realidad latinoamericana sin prestarle atención a este
fenómeno, y viceversa, será imposible pensar el futuro del moviendo evangélico
sin prestarle atención a su acción en América Latina.
Este crecimiento
de las iglesias evangélicas es analizado
desde varios aspectos:
1)
Por la vitalidad de los cultos de “adoración” y la vida
eclesiástica evangélica donde los feligreses cualquiera sea su condición social
o cultural encuentran un lugar de importancia en la Iglesia. “Tal adoración
parece crear una realidad alternativa que no sólo lo sustenta a uno a través de
su monótona existencia mundana, sino que genera la fuerza con la que uno puede
imaginarse en un mundo nuevo y más justo, no sólo proveniente del exterior de
este mundo, sino transformando la vida en él”.
2)
La
Iglesia evangélica ha desarrollado su ministerio entre los
pobres. El resto de las iglesias cristianas necesitan estar más abiertas a
estas posibilidades, la de abogar por una iglesia con opción hacia los pobres y
los oprimidos, sin despreciar en secreto la religión de los mismos.
3)
Dentro del movimiento evangélico hay nuevas formas de
vida eclesial y ministerial, por ejemplo a aquellos feligreses que demuestran
tener potencial se les encarga el liderazgo en las aulas, en el púlpito, en la
evangelización y en cosas parecidas con más celeridad que en resto de las
iglesias.
4)
Las iglesias evangélicas han dado una mayor
participación a las mujeres permitiendo a muchas de ellas la enseñanza de las
Sagradas Escrituras e incluso alcanzar el pastorado, alcanzando una rica
experiencia en el ministerio ordenado
por mujeres
5)
Quizá uno de los aspectos más relevantes para analizar
es la inclusión social y comunitaria que tienen en la sociedad, con comedores
comunitarios, roperos, recuperación de personas con adicciones y la penetración
con un trabajo serio y responsable en las zonas suburbanas, barriales y en
comunidades de pueblos originarios.
Todos estos
puntos son casi laterales ante el más importante: Los evangélicos tienen una
teología y una liturgia más fiel para interpretar las promesas del Evangelio y
por eso su prédica no parará de crecer por el convencimiento que una vida
transformada es el mejor testimonio de la fe cristiana, haciendo cierta la
letra de uno de sus himnos más conocidos: “El evangelio de Cristo te puede
hacer muy feliz”.